Ir al contenido principal

Capítulo 6: Oh, que bonito.

Lobo dejó a Evangelyne y Pin Pan pensar en alguna solución, él debería olvidarse mientras del problema, ya que deben de tomar la decisión ellos dos.
Lobo se paseaba por el parque, ya que no tenía trabajo, y se sentó a tomar el aire, se sentó en un banco de blanca y fina piedra, el parque estaba lleno de árboles, arbustos y flores.
Mientras tanto, Amalia estaba en su castillo, estaba acabando con todo su trabajo de reina, tenía que ver que tal iban las cosechas, si habían sufrido alguna baja, si la vegetación disminuye notablemente para plantar más, si llovía normal o llovía más o menos y si podía ser perjudicial para el reino.
Cuando terminó con todo eso se encontraba algo tensa y sus piernas estaban dormidas de estar toda la mañana sentada en una silla. Para despejarse de aquel cansancio decidió dar un paseo por el parque. Se despidió de todos lo que estaban en el castillo y fue en dirección al parque.
Al llegar se sentó en un banco, no se había dado cuenta de que Lobo se encontraba allí, ni Lobo tampoco. Amalia mirando hacia los lados al final vio a Lobo, y quiso sorprenderle. Se levantó de su banco y se acercó a él, por detrás, le tapó los ojos y le dijo.
-A que no adivinas quien soy.-
Lobo estuvo unos segundos en silencio, al final respondió.-Amalia.- Dijo riendo.
-Sí.- Ríe y se sienta a su lado.
-Amalia, ¿quieres que demos un paseo?-
-Vale, Lobo, pero con una condición.- Amalia mantuvo silencio durante pocos segundos.-Que vayamos los dos solos.-
-Claro, yo ya lo tengo todo planeado.-
-¿Ah sí?, pues vayamos.- Dijo Amalia sonriendo ampliamente.
-Ven, sígueme.- Dijo Lobo sonriendo.
Los dos se levantaron de aquel banco y salieron del parque, llegaron hasta el bosque, Lobo sabía donde ir, Amalia no, por eso iba detrás.
Llegaron a un rincón donde entre árbol y árbol se formaba un túnel, pasaron por ahí dentro y llegaron a un prado, un gran prado lleno de flores de distintos colores, en el centro había un lago, y una pequeña barca.
Lobo y Amalia se sentaron a hablar, se sentaron a la sombra de un árbol hasta que se hizo el atardecer, que es lo que estaba esperando Lobo.
-Amalia, subamos a la barca, tengo una sorpresa guardada para ti.- Lobo se levantó y preparó la barca para subir.
Amalia subió a la barca, y después Lobo. Y empezaron a navegar hasta el centro del lago.
Ya en el centro Lobo sacó una cajita de su bolsillo, se arrodilló ante Amalia y abrió la caja, dentro de ella había un bonito anillo con un reluciente diamante.
-Amalia querrías-
Amalia antes de que Lobo acabara la frase se lanzó sobre él y lo abrazó con fuerza.
-Sí Lobo, me encantaría.-
A los dos les salieron unas lágrimas de felicidad, se pasaron el resto del día acurrucados en la barca.
Cuando se hizo tarde volvieron hasta la plaza del reino.
-Bueno, princesa, nos vemos mañana.- Lobo empezó a caminar hacia su casa.
Amalia, sonrojada, lo detuvo cogiéndolo de la mano. Lobo la miró sonrojado.
-Lobo, quiero que duermas conmigo.- Tartamudeó Amalia por si le decía que no.
-Vale, Amalia.-
-Bien.- Sonríe Amalia.-Venga vayamos.-
Los dos se dirigieron al castillo, fueron hasta la habitación de Amalia. Amalia se tumbó en su cama y se arropó, luego Lobo se tumbó a su lado y también se arropó. Después de una hora de
pasión se fueron a dormir.
-Buenas noches, Lobo.- Amalia le dio un beso en la mejilla a Lobo.
-Buenas noches, Amalia.- Lobo le dio un pico a Amalia.
Poco después se quedaron dormidos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Capítulo 7: La boda llegó por fin.

Pasaron unas pocas semanas, Evangelyne y Tristepin ya encontraron una solución, cada noche de luna llena le ponían sedantes en la bebida de Nowa para que le entrara sueño y se quedara durmiendo y no saliera a cazar. A parte de solucionar ese problema también ocurrió otra cosa buena, la boda de Lobo y Amalia ya tenía fecha, era este día al mediodía, decoraron entre todo el reino las calles principales con muchas flores, éstas estaban decoradas hasta llegar a la plaza principal, que es donde tendría lugar la boda. Todo el reino iba a asistir a la boda, ya que la novia no era otra que su reina, y el novio iba a convertirse en el próximo rey. Todavía es por la mañana, pero las calles ya están decoradas y todo el reino se está arreglando para la boda. Los ciudadanos iban todos de etiqueta. Lobo, el novio, iba con un elegante traje blanco. Amalia, la novia, iba con un largo y hermoso traje blanco. Al mediodía todos comenzaron a ir hacia donde se celebraría la boda, iban sentándose e...

Personajes.

En esta entrada os voy a poner una foto de cada personaje que haya salido, los que salgan más adelante también los incluiré. Reino Sadida Castillo demoníaco Reino Marino Personajes del Reino Sadida: Yugo:  Yugo ahora trabaja como panadero del Reino, en sus ratos libres habla con Amalia por el parque, y si los demás están libres los invita a todos a bocadillos recién hechos. Tiene 21 años. Viste con el gorro que llevaba cuando era pequeño. Una capa de color azul, un suéter naranja y unos pantalones azules. Evangelyne:  Es una joven ocra que se ha casado con el guerrero yopuka Tristepin, vive en una cabaña encima de un árbol, como todos los Centinelas. Esta ocra tiene unos 25 años, tiene el pelo corto, de color rubio, viste con un peto marrón y unas botas muy altas también marrones, pero más claro. Sus ojos son de color verde y en su rostro tiene unas cuantas pecas. Tristepin:  Sus amigos lo llaman Pin Pan, es el marido de Evangelyne, vive en la ...

Capítulo 16: Cuarto combate.

Tristepin por fin logró avanzar por el pasillo, cada vez estaba más cerca de la entrada hasta que delante de él se abrió un agujero, frenó justo a tiempo para no caerse en él. - Uff... por los pelos. - Dijo mirando el agujero, lo veía demasiado largo como para saltarlo. Escuchó un ruido por atrás, vio que se acercaba algo a él, era una pared y no dejaba hueco por el que colarse y poder escapar. Una vez la pared se le acercó intentó frenarla empujándola en dirección contraria. Al final ésta lo arrastró hasta el borde del precipicio, miró por última vez la salida bajando luego la mirada al agujero. -Es imposible que no haya podido llegar.- La pared lo empujó un paso más y cayó sobre el agujero, pero era extraño, no caía, había un cristal que cubría esa zona de suelo faltante. Respiró profundamente un par de veces, esto le había dejado sin respiración por unos segundos y necesitaba recuperarse. A los pocos segundos la pared se retiró hacia arriba y de atrás apareció una bola diri...